El Papa condenó el asesinato de Darya Dugina. Era la hija de un filósofo ruso y colaborador de Putin, Alexander Dugin.
Habló de ella para denunciar el círculo vicioso que lleva a los dos bandos de una guerra a cometer atrocidades.
FRANCISCO
Pienso en toda la crueldad, en tantos inocentes que están pagando el precio de esta locura, esta locura. La locura de todas las partes porque la guerra es una locura y ninguno que esté en una guerra puede decir: “No, yo no estoy loco”. La locura de la guerra. Pienso en una pobre chica que ha saltado por los aires por una bomba bajo su asiento del coche en Moscú. Los inocentes pagan la guerra. Los inocentes.
El Papa llamó delincuentes a todos aquellos que se benefician de la guerra, también económica y comercialmente. Dijo que destruyen la vida. Y recordó tras seis meses de invasión de Ucrania a los niños cuya vida ha cambiado por la guerra.
FRANCISCO
Tantos niños rusos y ucranianos se han convertido en huérfanos. La orfandad no tiene nacionalidad. Han perdido a sus padres y sus madres, no importa si eran rusos o ucranianos.
Durante la audiencia, el Papa concluyó su catequesis sobre la belleza de la ancianidad con un mensaje de esperanza. Reflexionó sobre la Asunción de la Virgen.
FRANCISCO
Este gesto de amor cuidadoso es un vistazo a lo que nos espera tras cruzar a la otra orilla. Sí, hermanos y hermanas, sobre todo vosotros los ancianos, lo mejor de la vida está aún por verse.
Esta audiencia general precede al Consistorio del 27 de Agosto. Después, el Colegio Cardenalicio contará con 20 nuevos miembros.
KG
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