Francisco llegó en silla de ruedas y ocupó el sitio de honor en el Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales. Se sentó junto al presidente de Kazajistán.
Uno de los primeros en saludar al pontífice fue el Imán de Al-Azhar, autoridad moral del mundo sunnita y aliado del Papa en la lucha contra el fanatismo religioso.
El presidente kazajo abrió el encuentro con un discurso sobre la religión en el panorama actual.
Dijo que es importante llenar Internet de contenidos espirituales y evitar la polarización. Francisco fue el primero de los líderes religiosos en hablar. Comenzó criticando el fanatismo religioso y, ante representantes del Patriarcado de Moscú, recordó que Dios es un Dios de paz, no de guerra.
FRANCISCO
No justifiquemos nunca la violencia. No permitamos que lo sagrado sea instrumentalizado por lo que es profano. Que lo sagrado no sea apoyo del poder y que el poder no sea apoyo de lo sagrado.
La presencia del Papa en el congreso fue recibida con respeto, aunque hubo reacciones curiosas. Algunos de los participantes sacaron sus cámaras para fotografiarlo.
Otros mostraron una gran consideración. El ministro de exteriores del patriarcado de Moscú, por ejemplo, se levantó ante la llegada del Papa. Se trata de Antonij de Volokolamsk que hace un mes estuvo en Roma para presentarse a Francisco.
Este congreso se celebra cada tres años en Kazajistán y se inspira en la Jornada de Oración por la Paz en el mundo convocada en Asís por San Juan Pablo II en 2002
JRB
