La pregunta se la hicieron al papa, por carta, antes de ir al hospital. Una mujer le preguntó si podía perdonar lo que definió “imperdonable”: la infidelidad de su marido.
El papa le respondió lo siguiente: reconoció que la cuestión no es sencilla de resolver. Sin embargo le recomendó ser sincera consigo misma. Es decir: que si le ama, debe encontrar el modo de perdonar.
Si hay amor... el amor es capaz de sembrar paciencia, de remendar de reparar.
El pontífice subraya que el perdón debe ser un acto “gratuito” y sugiere que para llegar a perdonar pida a su marido hacer juntos un camino de acompañamiento espiritual con otra pareja cristiana que les ayude a gestionar esta situación.
Por último Francisco también le pide rezar y concretamente le aconseja mirar a la Sagrada Familia de Nazaret, a Jesús, María y José.
JRB