Los servicios de rescate siguen buscando los cuerpos de migrantes del naufragio en la costa de Calabria. Las víctimas mortales son ya más de 60.
Rosario Morrone es párroco de Botricello, un pueblo a 8 kilómetros de Crotone, donde ocurrió el naufragio. A la playa de su pueblo llegaron dos cuerpos.
P. ROSARIO MORRONE
Párroco testigo de naufragio
Si por la noche hubiera sabido que se iban a ahogar me hubiera tirado al mar. Conozco el mar. El mar no me asusta. Me habría tirado al mar desnudo para ayudar. Estarán a 100 metros de la playa. Puedo nadar 100 metros. Lo habría hecho si hubiera sido necesario. No entiendo por qué llegaron a la costa ya muertos. Ellos son nuestros hermanos.
Mientras los vecinos muestran sus respetos a las víctimas, Rosario apela a la comunidad internacional ante esta emergencia humanitaria.
P. ROSARIO MORRONE
Párroco testigo de naufragio
Oí este grito, este grito dentro de mí, estas personas allí muertas, gritando por ayuda, por ayuda. Un brazo fuerte siempre debe ayudar a un brazo débil. Es un grito que no me deja dormir por la noche.
En el barco viajaban entre 150 y 250 migrantes provenientes de Irán, Afganistán y Pakistán. Alrededor de 50 sobrevivientes han sido rescatados, pero los socorristas preveen que las condiciones del mar dificultarán la labor de sacar a más personas con vida.
PA