Mientras jugaban en un campo de fútbol, 12 niños murieron cuando un cohete alcanzó la localidad de Majdal Shams, cerca de Líbano, controlada por Israel. Miles de personas inundaron las calles durante el funeral de los pequeños.
Israel ha culpado del ataque al grupo militante libanés Hezbolá aunque este ha negado toda responsabilidad.
El Patriarcado Latino de Jerusalén condenó la tragedia a través de un comunicado:
Estas vidas inocentes, llenas de sueños y esperanzas, han sido arrebatadas en un acto de violencia incalificable. Ha causado un profundo dolor a todos los que consideran sagrada la vida… En este tiempo de luto, debemos honrar su memoria renovando nuestro compromiso con la paz y rechazando toda forma de violencia.
Además de las 12 víctimas mortales, al menos 44 personas resultaron heridas durante el atentado. Hezbolá no reconoció ser el autor del crimen. Pese a eso, días después Israel llevó a cabo un ataque contra Beirut en el que, según afirman, murió un alto mando de Hezbolá. En el ataque israelí también murieron al menos dos niños y otras 74 personas resultaron heridas.
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