El problema del “burnout” entre los obispos

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10/07/2024
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En 2019, una depresión grave obligó al obispo James Conley a pedir una excedencia de un año. Hoy, está trabajando para ayudar a ver la salud mental como una cuestión que se debe afrontar en la Iglesia.

Él no tiene antecedentes familiares de enfermedad mental. Pero su malestar emergió cuando se encontró tratando de manejar el peso de los problemas en la Iglesia solo.

MONS. JAMES CONLEY
Diócesis de Lincoln, Nebraska

Tratar la mala conducta sexual con sacerdotes y tambiénla situación que hubo en 2018, con el escándalo McCarrick y la publicación del informe de Pennyslvania… Todo eso se juntó a las otras cosas que estaban sucediendo en mi propia vida.
Estaba tratando de resolver todos estos problemas solo y me cargué con el peso de que todo era responsabilidad mía porque era el obispo. Por tanto mi deber era arreglarlo todo.

Intentar manejar todas estas cuestiones lo agotó y la situación terminó pasando factura.

MONS. JAMES CONLEY
Diócesis de Lincoln, Nebraska

En 2019, fui a la Clínica Mayo a hacerme un reconocimiento médico y fue entonces cuando me diagnosticaron una forma de trastorno por estrés postraumático, ansiedad y trastorno depresivo mayor.

Poco después, el obispo Conley empezó a recibir ayuda. El papa le concedió la excedencia. Dejó sus deberes episcopales con la comprensión y el apoyo de sus feligreses y nadie le metió prisa.

Casi un año después, parte del cual también lo pasó en un centro donde se hacen retiros espirituales, Conley retomó su carga de obispo. Dice que lo que le ayudó fue aferrarse a sus “tres anclas” -la misa, el rosario y la liturgia de las horas-, así como el apoyo inquebrantable de familiares y amigos y la orientación profesional.

MONS. JAMES CONLEY
Diócesis de Lincoln, Nebraska

Pasó un tiempo hasta que me volví a sentir con energías. Los primeros meses seguí luchando, aunque continué trabajando con un terapeuta y recibiendo la ayuda de mi médico con medicinas y cosas así… Poco a poco fui superando el problema.

Este obispo tardó casi 4 años en hablar públicamente de su enfermedad mental. En mayo de 2024, publicó una carta pastoral de 11 páginas titulada "Un futuro con esperanza". En ella, detalla su historia y la necesidad de que los católicos superen lo que llama el estigma de la salud mental. En ella se lee:

He vivido mi propio viaje por la salud mental, que me ha llevado a las profundidades de la oscuridad y luego de vuelta a una vida en la que vuelvo a experimentar la alegría e incluso un amor más profundo por nuestro Señor.

Para arrojar luz sobre la crisis de salud mental, el obispo Conley también forma parte del comité de la Conferencia Episcopal de EE.UU. para laicos, matrimonio, vida familiar y juventud, donde una de las prioridades son las iniciativas de salud mental, especialmente para los jóvenes.

MONS. JAMES CONLEY
Diócesis de Lincoln, Nebraska

Como alguien dijo una vez, vivimos en una cultura que lo permite todo y no perdona nada. Y hay tantas exigencias y expectativas puestas en los jóvenes.
Hay un estigma, ¿verdad? La gente no habla de ello. Y eso es lo peor cuando estás atravesando una crisis de salud mental, cuando está como escondida y te la guardas para ti, eso es lo peor que puedes hacer.

El mensaje del obispo Conley para quienes luchan contra problemas de salud mental es el siguiente: Sepan que no están solos y que hay gente que les quiere y les ayudará. Y sepan que es posible mejorar.

AT

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