Cuando tenía 18 años, Daisy Strongin inició la transición para convertirse en un hombre. Sin embargo, cuatro años después, se arrepintió de haberlo hecho. Y para algunas cosas ya no había vuelta atrás.
Para entender su historia hay que remontarse a su adolescencia, marcada por la confusión en torno a su género. Buscó respuestas en Internet y más adelante decidió compartir sus experiencias en la red.
DAISY STRONGIN
Ahora seré Ollie (no Daisy). Porque hice la transición de mujer a hombre. Así es como me identifico ahora mismo.
Justo después de graduarse en el instituto, Daisy se sometió a una terapia hormonal para reducir la producción de estrógenos, crear una voz más grave, más vello corporal y más masa muscular.
DAISY STRONGIN
Acabo de cumplir oficialmente mi primer año de la segunda pubertad: un año de inyecciones de testosterona una vez a la semana. Y así es como estoy, así es como suena mi voz… este soy yo.
Dos años después Daisy se removió los pechos de modo permanente. Ya había cambiado de nombre, se vestía como un hombre y decía que ya se sentía como un hombre en público.
DAISY STRONGIN
Sentía como si ya tuviera el control sobre la forma en que me veían los demás.
Sin embargo, durante la pandemia, terminó esta luna de miel con la transición. Daisy notó cómo persistía la depresión y la sensación de estar incompleta. Y su confusión aumentó cuando empezó a notar cuánto le atraía la maternidad. Esta experiencia junto el descubrimiento de la fe la llevaron a tomar la decisión de poner fin al proceso de transición.
DAISY STRONGIN
Y estaba aterrorizada porque no sabía si sería capaz de encontrar pareja. Ahora, siendo una mujer con una voz profunda y sin pechos… sentía que vivir mi vida así era muy aterrador. Y me sentía triste y abrumada. Era como…. me quedo así para siempre. Estas cicatrices son para siempre. Esta voz es para siempre.
Sin embargo consiguió encontrar pareja y pudo tener hijos, aunque señala que su intento de transición a hombre sigue presente en su vida cotidiana. Por ejemplo, esto fue lo que puso en redes después de dar a luz a su segundo hijo. En ella se la ve llorando por tener que amamantarlo con un biberón. Se dice a sí misma que ojalá pudiera enseñar esta foto a su yo de hace años, el que se quitó los pechos.
Por otro lado, Daisy y su marido siguieron profundizando en la fe cristiana. Tras pasar por varias iglesias protestantes, al final se sintieron atraídos por el catolicismo.
De hecho se bautizaron todos el año pasado. Daisy dice que ahora está intentando rehacer su vida aunque reconoce que hay todavía tiene mucho camino por hacer.
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TR: JRB