Ana y Mariano Mango se casaron en 1964, en la iglesia de Sant'Onofrio al Gianicolo. Ella tenía 22 años y él 31. Antes de conocerla, Mariano trabajaba de lapidario de diamantes; era el encargado de labrar las piedras preciosas; una de las cuales, pocos años después, sería el anillo de compromiso de Ana.
MARIANO MANGO
Nos casamos hace 60 años. En una hermosa iglesia, teníamos un gran amor. En los siguientes años, ella me ha querido mucho, pero yo le correspondido. Por ello, hemos permanecido juntos. De vez en cuando hemos peleado, pero con calma, sin exagerar.
Su vida familiar se ha desarrollado en Roma, muy cerca del Vaticano. Durante estos años, no habían tenido la oportunidad de saludar al papa. En este aniversario, pudieron conversar con el pontífice durante unos minutos. Cuando le dijeron lo que celebraban, Francisco les hizo una pregunta.
ANNA MARIA ZAVAGNINI
El papa nos hizo esta pregunta, la misma, a los dos: ¿quien ha tenido más paciencia? En unísono, juntos, respondimos "los dos, pero con amor". Con amor, porque eso es importante. Si no se tiene, se vive mal.
Para la pareja la oración ha sido esencial en el momento de afrontar grandes retos. El matrimonio tuvo tres hijos, uno de ellos nació con una discapacidad que le hace dependiente de sus padres, que ahora tienen más de 80 años.
ANNA MARIA ZAVAGNINI
Él siempre me decía: Eres muy valiente, y eso me animaba y me hacía seguir adelante el resto de la vida. Un año después de la boda nació nuestra primera hija, a la que recibimos con mucho amor, luego la segunda, la recibimos con mucho amor, y el tercero, con más amor todavía. Un hombre, que tiene un poco de discapacidad, pero eso no es importante.
Sin soltarse la mano, la madre dice que la fe les ha ayudado a permanecer unidos frente a los retos que han vivido.
ANNA MARIA ZAVAGNINI
El papel de la fe para mí siempre ha sido grande. Verdaderamente, cuando iba a la cama, inmediatamente mi primer pensamiento era la oración. El Ave María, un Padre Nuestro, siempre así.
MARIANO MANGO
A veces, por las tardes, me pedía que rezara con ella, y yo estaba muy cansado, pero siempre quería contentarla. Así ha sido toda nuestra vida.
Ana explica, con los ojos empañados, que la vocación del matrimonio ha sido un camino muy bello.
ANNA MARIA ZAVAGNINI
Con todos los altibajos que uno puede tener en la vida, porque no todo es fácil… las alegrías duran un instante y pasan. Luego hay que afrontar todas las cosas de la vida, pero han sido 60 años bellísimos, y doy gracias al Señor por lo que me ha dado.
La familia tiene una tienda de artículos religiosos. Antes se dedicaban a labrar joyas para
las personas, ahora lo hacen para lo sagrado. Piedras preciosas adornan copones, sagrarios y custodias en sus escaparates, a pocos metros del Vaticano.
PA