Esta fue la historia que conmocionó al mundo en 1972. Un avión uruguayo rumbo a Chile se estrelló en la cordillera de los Andes con cinco tripulantes y 40 pasajeros a bordo.
En los 72 días que pasaron hasta el rescate, solo sobrevivieron 16 en unas condiciones extremas, no solo meteorológicas, sino de enfermedad, sed y hambre, hasta llegado el punto de tener que alimentarse de la carne humana de los fallecidos para poder resistir.
GUSTAVO ZERBINO
Superviviente de los Andes
Lo que nosotros pasamos no es un trauma muy grande. Es una experiencia muy rica en la que aprendimos mucho a través del dolor, pero tenemos nada más que gratitud y no tenemos nada de qué arrepentirnos, y jamás me desperté con alguna pesadilla o me arrepiento de algo. Si mañana me tocara vivir lo mismo, lo haríamos mucho antes. De repente, se salvaba alguien más.
A su vuelta, el papa del momento, Pablo VI, les envió un telegrama en el que, según cuentan los supervivientes, les decía que Dios había puesto al hombre en la tierra para vivir, no para morir, y que de no haber ingerido esa carne, se podría haber considerado como un suicidio.
Gustavo Zerbino fue uno de los que consiguió sobrevivir a aquella tragedia. En 2014, contaba así cómo vivieron en aquella cordillera la presencia de Dios y cómo pedían a diario ayuda a la Virgen María.
GUSTAVO ZERBINO
Superviviente de los Andes
Creo en Dios. En la montaña, en esa montaña gigantesca, el hombre se empequeñece. Es tan pequeño todo en la mente se relativiza y estás en un estado de contemplación que la presencia de Dios es muy grande. El Dios que conocimos en los Andes era un Dios bondadoso, que quería lo mejor para nosotros. Le pedíamos fuerza a la Virgen María. Le rezábamos todas las noches, todas las noches, para no dormirnos y morirnos congelados. Le pedíamos fuerza, le pedíamos paz.
Por el 50 aniversario de aquel momento, el papa Francisco les escribió a los supervivientes una carta. En ella, destacó la fortaleza y resaltó que nadie se salva solo, que es necesario el apoyo del otro.
Una historia de compañerismo y amistad donde la cruz en lo alto de la cordillera es la imagen del recuerdo de los compañeros que ya no están permanece vivo.
CA