Una de las cosas claras del 2024 es que Francisco hará pocos viajes. Por el momento solo ha confirmado uno: a Bélgica. Allí se desplazará para celebrar los 600 años de la Universidad Católica de Lovaina. Los propios reyes del país invitaron al pontífice durante la visita que realizaron al Vaticano.
No está claro, en cambio, si el papa irá a Argentina, aunque en varias ocasiones a lo largo de 2023 aseguró que estaba en sus planes. Otro posible viaje sería Polinesia.
Por otro lado, está previsto que Francisco retome viajes dentro de Italia. El 18 de mayo debería estar en Verona, la ciudad que Shakespeare hizo famosa con “Romeo y Julieta”.
El 2024 será crucial para las relaciones de Roma con la Iglesia de Alemania. El Vaticano ya le hizo llegar varias advertencias en el pasado porque temen dos peligros: que impongan nuevos organismos de gobierno que manden sobre obispos y sin haber consultado con Roma. Por otro lado que esas nuevas instituciones terminen aprobando doctrinas que vayan en contra de lo propuesto por Iglesia universal.
Y hablando de sínodos. En octubre tendrá lugar la última fase del sínodo sobre la sinodalidad, un evento que está promoviendo una reflexión interna de la Iglesia a nivel mundial en varios ámbitos. Aunque lo que pretende Francisco no es que de esta reunión salgan decisiones pastorales concretas sino que la Iglesia universal aprenda a trabajar unida y a dialogar con distintas sensibilidades al tiempo que se abre al Espíritu Santo.
FRANCISCO
Y si el santo pueblo de Dios con sus pastores, de todas las partes del mundo, alimentan expectativas, esperanzas e incluso algunos temores sobre el Sínodo que comenzamos, recordemos de nuevo que no es una reunión política, no es un parlamento. Es una convocación en el Espíritu.
Por último, a finales de año en Roma hospedará un evento mundial: el jubileo. Se espera que más de 30 millones de personas peregrinen hasta la Ciudad Eterna. Será el segundo jubileo del pontificiado de Francisco, después del de la Misericordia.
JRB