Antes de ir a Piazza Spagna para homenajear a la Inmaculada, el papa hizo una parada en Santa María la Mayor, donde está la imagen de la patrona de Roma, la Salus Populi Romani. El papa se detuvo ante la imagen a rezar durante unos instantes y le entregó las rosas de oro, uno de los más preciados dones que los pontífices suelen ofrecer.
Fue la primera salida a la calle del papa tras la gripe, la inflamación pulmonar y los problemas respiratorios que le obligaron a modificar su agenda durante casi dos semanas.
JRB