Los abuelos protagonizan una de las estampas más entrañables en el Vaticano. Más de 6.000 personas mayores, muchas acompañadas por sus nietos, han acudido a la misa presidida por Francisco con motivo de la III Jornada Mundial de los Abuelos y Ancianos.
Para el pontífice, las personas mayores son imprescindibles, además de uno de los grandes pilares de la sociedad. Por eso, ha interrumpido sus vacaciones del mes de julio. Quería estar presente en esta celebración y lanzar, de nuevo, el mensaje sobre la necesidad del diálogo intergeneracional.
FRANCISCO
Necesitamos una nueva alianza entre jóvenes y mayores, para que la esencia de los que tienen una larga experiencia de vida a sus espaldas irrigue los brotes de esperanza de los que están creciendo. En este intercambio fecundo aprendemos la belleza de la vida, hacemos realidad una sociedad fraterna, y en la Iglesia hacemos posible el encuentro y el diálogo entre la tradición y la novedad del Espíritu. Espíritu.
Francisco volvió a hablar de la cultura del descarte. Esta vez, apeló a los políticos para que no se olviden de las personas mayores o las traten como “residuos improductivos”.
FRANCISCO
Cuidemos de que nuestras ciudades abarrotadas no se conviertan en 'concentraciones de soledad'; que no ocurra que la política, llamada a atender las necesidades de los más frágiles, se olvide de los mayores, dejando que el mercado los relegue a 'residuos improductivos'.
Se trata de la tercera jornada dedicada a las personas mayores. Fue una iniciativa impulsada por el papa en 2021, aunque se trata de la primera vez que Francisco preside esta celebración.
CA