El papa aterrizó en Lisboa puntual. A los pies de las escalerillas le esperaba el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa. Pero esperó en vano porque el papa no usó las escaleras, como suele hacer desde que tiene problemas de rodilla. Utilizó el montacargas del otro lado del avión.
Luego el pontífice y presidente se saludaron con mucho afecto. Francisco usó en todo momento la silla de ruedas. Este fue su primer viaje tras la operación de hernia abdominal que sufrió en junio.
Durante el vuelo bromeó con la prensa, diciendo que espera rejuvenecer con este viaje. Algunos periodistas le entregaron regalos. Eva Fernández, de COPE, le dio uno muy especial: la carta de Pablo de la Cruz, el joven con sarcoma de Ewing que hizo los votos de carmelita descalzo poco antes de fallecer el 15 de julio.
A Francisco le espera un viaje largo y muy esperado tanto por él como por los jóvenes. La pandemia obligó a retrasar esta edición de la JMJ, por lo que muchos jóvenes han tenido que esperar años para poder ver al papa.
PA