La iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane se encuentra en una de las colinas Roma, cerca de la residencia del presidente de la República.
En su interior se puede encontrar un frontón de pelota vasca, una placa en honor a la bilbaína más ilustre y un árbol de Gernika, el símbolo del pueblo vasco. El convento de la primera iglesia diseñada por Borromini, estuvo llena de vizcaínos.
VICENTE BASTERRA
Orden trinitaria
Esta fue la primera iglesia, convento y claustro ofrecida a Borromini. El cual trabajó él solo. También es obra póstuma porque no la acabó.
Empezó en el 1634 y él se suicidó en el 1667. Lo terminó su sobrino Bernardo aunque ya era poco lo que quedaba. Prácticamente terminar la fachada y poco más.
El suelo guarda recuerdo a Casilda de Iturrizar Urquijo, una de las mujeres más importantes historia de Bilbao. Era una emprendedora y gran benefactora de iniciativas sociales. Y al venir a Roma y ver el mal estado de la iglesia donde vivían tantos vizcaínos como ella, decidió afrontar los gastos de la restauración.
ISABEL CELAÁ
Embajadora de España ante la Santa Sede
Es una mujer que mira por la cultura, que es generosa con respecto a los más vulnerables y también mira a la educación, porque ella crea las escuelas muy famosas de Iturrizar, escuelas públicas de Iturrizar de doña Casilda, crea también las las escuelas públicas del Tívoli y efectivamente el parque de Bilbao, que es referencia para los bilbaínos se llama 'Parque de doña Casilda.
En la Ciudad Eterna hoy también hay una mujer vizcaína representando a España. Se trata de la Embajadora española ante la Santa Sede, Isabel Celaá. Al pisar el suelo de San Carlo, la embajadora, nacida en Bilbao, se siente en casa.
ISABEL CELAÁ
Embajadora de España ante la Santa Sede
Ese Bilbao trabajador, emprendedor y solidario queda muy bien expresado a través de la beneficiencia de doña Casilda.
En la Sala de Venerables de San Carlino se pueden ver dos escudos en el techo. El del Reino de España durante la Restauración Borbónica y el del Árbol de Gernika.
Aunque la joya de la Iglesia de San Carlo es el frontón de Pelota Vasca, actualmente en un estado muy debilitado. Los Trinitarios Descalzos pasaban sus tardes entre la línea de 'pasa' y 'falta'. Un frontón que fue la pesadilla de Juan Pablo II en su época estudiantil, puesto que vivía en el colegio belga que está al lado, pared con pared. Así se lo señaló el pontífice polaco a uno de los religiosos que vivían allí al terminar una audiencia.
VICENTE BASTERRA
Orden trinitaria
Y entonces cuando se presentó al papa le dice: “Yo soy trinitario”. Y viendo el hábito el papa se dio cuenta en seguida de que era Trinitario. “Soy trinitario de San Carlino”. Y el papa le dijo: “Ya me acuerdo de los trinitarios de San Carlino”. Que os poníais a jugar a la pelota y no nos dejabais estudiar.
La ciudad de Roma esconde pequeñas joyas como esta iglesia, tan relacionada con los vizcaínos. Es un ejemplo más de la importancia histórica que España tenía y conserva en la Ciudad Eterna.
DA