En su homilía de Casa Santa Marta, el Papa Francisco habló de dos tipos de cristianos: los perezosos que no van hacia adelante, y los que tienen el valor de continuar caminando. Estos cristianos son valientes porque tienen esperanza.
FRANCISCO
'La esperanza es un ancla. La hemos lanzado y nos hemos sujetado a la cuerda, pero allí, caminando allí. Esta es nuestra esperanza. No hay que pensar: 'Sí, pero, está el cielo. ¡Ah, qué bonito. Me quedo!â?. No. La esperanza es luchar, sujeto a la cuerda, para llegar allí. En la lucha de todos los días la esperanza es una virtud de horizontes, ¡no de cerrazón! Quizá es la virtud que menos se entiende pero es la más fuerte. La esperanza, hay que vivir en la esperanza. Siempre mirando hacia adelante. Con valorâ?.
Por último, el Papa ha dicho que los cristianos perezosos hacen de la Iglesia 'su aparcamientoâ?. Por eso, ha invitado a cada uno a salir del egoísmo y a dejar de mirarse a uno mismo.
EXTRACTOS DE LA HOMILíA DEL PAPA EN ESPAí?OL
(Radio Vaticano)
'Los cristianos perezosos, los cristianos que no tienen ganas de ir adelante, los cristianos que no luchan para hacer que las cosas cambien, las cosas nuevas, las cosas que nos harían bien a todos, so estas cosas cambiaran. Son perezosos, los cristianos aparcados: han encontrado en la Iglesia un lindo estacionamiento. Y cuando digo cristianos, digo laicos, sacerdotes, obisposâ?¦ Todos. ¡Y hay cristianos estacionados! Para ellos la Iglesia es un estacionamiento que custodia su vida y van adelante con todos los seguros posibles. Estos cristianos detenidos me hacen pensar una cosa que de niños nos decían a nosotros los abuelos: â??Estén atentos que el agua detenida, esa que no corre, es la primera que se pudreâ??â?.
'Este es el mensaje de hoy: la esperanza, aquella esperanza que no decepciona, que va más allá. Y dice: una esperanza que â??es un ancla segura y firme para nuestra vidaâ??. La esperanza es el ancla: la hemos tirado y nosotros estamos aferrados a la cuerda, pero allí, andando allí. Esta es nuestra esperanza. No hay que pensar: â??Sí, pero, está el cielo, ah qué bello, yo permanezcoâ?¦â??. No. La esperanza es luchar, aferrado a la cuerda, para llegar allá. En la lucha de todos los días la esperanza es una virtud de horizontes, ¡no de clausura! Quizá sea la virtud que menos se comprende, pero es la más fuerte. La esperanza: vivir en la esperanza, vivir de la esperanza, mirando siempre adelante con coraje. â??Sí, padre â?? podría decirme alguno de ustedes â??, pero hay momentos feos, donde todo parece oscuro, ¿qué cosa debo hacer?â??. Aférrate a la cuerda y soportaâ?.
'Preguntémonos: ¿Cómo soy yo? ¿Cómo es mi vida de fe? ¿Es una vida de horizontes, de esperanza, de coraje, de ir adelante? ¿O una vida tibia que ni siquiera sabe soportar los momentos feos? Y que el Señor nos de la gracia, como hemos pedido en la Oración Colecta, de superar nuestros egoísmos porque los cristianos estacionados, los cristianos detenidos, son egoístas. Se miran sólo a sí mismos, no saben levantar la cabeza para mirarlo a Él. Que el Señor nos de esta graciaâ?.