Tras una conmovedora visita del Papa a Lesbos la vida en el campo de refugiados de Moria retoma su curso.
'¿Te gusta vivir aquí?â?.
'No. Queremos ir a un lugar bueno. Mi padre tiene parkinson. Está enfermo de la cabeza y por la noche se levanta y sale ahí fuera. Mi hermano pasa horas buscándolo todas las nochesâ?.
'El campo de Moria es como Guantánamo. La vida aquí es muy difícilâ?.
Desde que entró en vigor el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía los voluntarios que ayudan en la zona señalan que hay menos embarcaciones que llegan a la isla. En los meses precedentes hubo días en los que llegaron alrededor de 100.
Los griegos, cuyo país está sumido en una profunda crisis económica, se han convertido a la fuerza en los únicos brazos que pueden sostener a familias enteras que llegan exhaustas de las costas de Turquía.
'Con mis estudiantes salimos a pedir cosas como ropa o comida para los refugiadosâ?.
'La situación es muy difícil. Especialmente en el verano pasado. Llegó mucha gente y no había sitio para todosâ?.
A estas personas se les hiela la sangre al pensar en la posibilidad, aunque sea mínima, de que los devuelvan a Turquía. Aquí viven seguros, pero en malas condiciones y atrapados, sin poder avanzar ni retroceder. No es de extrañar por tanto, que la visita del Papa haya significado mucho para ellos: Francisco ha sido la única autoridad mundial que ha venido a verlos.
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