Este saludo rompió 3 meses de suspicacias.
Desde que Mauricio Macri fue elegido presidente de Argentina en las pasadas elecciones de noviembre apenas intercambió algún que otro mensaje con el Papa. Al contrario que su predecesora, quien no perdía ocasión para hacerse ver junto al pontífice.
El primer encuentro de Francisco con el nuevo presidente argentino duró sólo 22 minutos y mostró la normalización de las relaciones, que hasta ahora eran un poco exuberantes. Hablaron de narcotráfico, pobreza y, sobre todo, de la reconciliación social en el país.
Francisco mantuvo una expresión fría y correcta. Sólo se permitió hacer algún que otro comentario simpático, ante la mujer de Mauricio Macri, Juliana Awada, al recordarle la ausencia de una pequeña pero importante parte de la familia: su hija.
'Le falta algo en el brazoâ?.
'Antoniaâ?.
En 2013 los Macri fueron a visitarle al Vaticano con su pequeña en brazos. La primera dama argentina acompañó a su marido con un vestido negro de líneas simples, sobrio y sin bordados.
Mauricio Macri regaló a Francisco un poncho, varios CD de música argentina y una cruz de Matará símbolo de la evangelización de Argentina y muy ligado a los jesuitas.
Mauricio Macri ganó las elecciones del pasado noviembre en Argentina en la segunda vuelta, tras 12 años de gobiernos 'kirchneristasâ?. Tiene por delante el reto de unificar un país socialmente dividido, de poner fin a la corrupción, al narcotráfico y de atraer la inversión extranjera.
No es la primera vez que se reúne con el Papa puesto que ambos coincidieron en Buenos Aires cuando el político era jefe de gobierno de la ciudad y el entonces Jorge Mario Bergoglio, era arzobispo. En el pasado las diferencias entre ambos se hicieron evidentes en cuestiones como el matrimonio homosexual o el aborto.
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