Despues de almorzar, desde casa Santa Marta y acompañado por monseñor Fisichella, el Papa Francisco fue a la basílica de San Pedro para rezar a las reliquias del Padre Pío y San Leopoldo Mandic. ;
Apareció sin previo aviso, para sorpresa de los cientos de peregrinos que había en la basílica. Al llegar, se detuvo en pie delante de ambos santos.
Despues se sentó junto a algunas religiosas y frailes y se unió al rezo del Rosario como un peregrino más.
Llevaba incluso en la mano una estampa del Padre Pío que leyó en varias ocasiones. ;
Rezó muy concentrado mientras que los visitantes en la basílica no dejaban de hacerle fotos sin poderse creer que estaba allí el Papa.
Al terminar, regresó de nuevo caminando a Santa Marta.
AC
CTV
JM
-BN
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