Un centro en Croacia devuelve la sonrisa a estos niños discapacitados abandonados

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22/07/2017
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Esta es una historia, sobre todo, de amor. Del que se da sin esperar nada a cambio. Es la historia de un lugar donde, a la enfermedad y a la discapacidad, se le pone una sonrisa. 

En 1998, antes de convertirse en sacerdote, un joven italiano descubrió un lugar que le cambió la vida para siempre. Es este castillo reconvertido en una residencia para niños y jóvenes con discapacidad. 

Entonces era una casa sombría en la que muchos niños pasaban días sin ver la luz del sol o incluso atados a sus camas. Hacía poco que había terminado la guerra en los Balcanes y estos pequeños, unos 120, eran los últimos entre los últimos. Eran huérfanos o niños abandonados por sus padres.

P. ERMANNO D'ONOFRIO
Fundador, “Il giardino delle rose blu”
“Me quedé muy conmovido porque no estaba preparado para estar con niños enfermos pero, enseguida, supe que era el lugar donde tenía que pasar parte de mi vida y, sobre todo, dar parte de mi amor por el Señor”.

Inmediatamente transformó lo que era un lugar de sufrimiento en un lugar para vivir, con instalaciones sencillas pero que cambiaron la vida a los niños, como un parque infantil, un ascensor y habitaciones luminosas.

El centro está en Gornja Bistra, un pueblo de Croacia, y es el corazón de la Fundación “Il giardino delle rose blu”, “El jardín de las rosas azules”, las rosas menos comunes y, por tanto, las más especiales.

La iniciativa del ahora sacerdote ha estado secundada por miles de voluntarios que han entregado gratuitamente su tiempo y energías a estos niños. Sin embargo, el mayor regalo se lo han llevado ellos. 

FRANCESCA
Voluntaria
“Venimos con el deseo de ayudar, de ofrecer una sonrisa, algo, desde lo más práctico hasta lo más profundo, por así decir. Pero se vuelve a casa con la sensación de haber recibido mucho, mucho más de lo que se ha dado”.

EDOARDO
Voluntario
“Lo más bonito es que nosotros, los voluntarios, con un sencillo paseo o con una caricia, podemos hacer que su día cambie. Gornja es un luegar que se tiene que vivir. No hay palabras para describir lo que se siente al conocer a los niños de este hospital”.

Han pasado por este centro más de 10.000 voluntarios como estos, no solo de Italia, sino también de Suiza, España y Bosnia-Herzegovina. Muchos han repetido la experiencia de arrancar una sonrisa a quienes más cariño necesitan.

STEFANO
Voluntario
“Estos niños tienen algo mágico que te llega hasta adentro y te hace volver a venir aquí”.

P. ERMANNO D'ONOFRIO
Fundador, “Il giardino delle rose blu”
“Gracias al abrazo de un niño, a una caricia, a una sonrisa, estos voluntarios descubren lo esencial de la vida, lo que se nos escapa a diario”.

Aquí se aplica de forma práctica la “cariñoterapia” que recomienda el Papa Francisco, porque a veces, el amor es el mejor de los tratamientos.

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