Francisco llegó mucho antes del horario previsto a esta ceremonia de apertura de la JMJ y es que los peregrinos estaban deseosos de ver y de escuchar al Papa.
El arzobispo de Panamá José Domingo Ulloa fue el encargado de darle la bienvenida en nombre de todos los jóvenes del mundo.
“Queremos manifestar que esta no es solo la juventud del Papa sino, sobre todo, la juventud de Cristo. Y esto es lo que a una voz también nosotros queremos decirle: ¡Esta es la juventud de Cristo!” Bienvenido Papa Francisco”.
Tras los regalos para el Papa Francisco, llegó el turno de la música con esta canción. Es Emmanuel, el himno de la mítica Jornada Mundial de la Juventud de Roma 2000.
El Papa pronunció su discurso con energía demostrando que con los jóvenes se siente como uno más. Primero, Francisco les invitó a seguir avanzando en la fe pero no de cualquier forma.
FRANCISCO
“Ir adelante no para crear una Iglesia paralela un poco más “divertida” o “cool” en un evento para jóvenes, con algún que otro elemento decorativo, como si a ustedes eso los dejara felices. Ustedes no piensan esto y pensar así sería no respetarlos y no respetar todo lo que el Espíritu a través de ustedes nos está diciendo”.
El Papa quiso agradecer a los peregrinos venidos de todo el mundo sus esfuerzos por participar en esta JMJ y por convertirse así en artesanos de la cultura del encuentro frente a quienes fomentan lo contrario.
FRANCISCO
“Con sus gestos y actitudes, con sus miradas, sus deseos y, especialmente, con la sensibilidad que tienen desmienten y desautorizan todos esos discursos que se concentran y empeñan en sembrar división, esos discursos que se empeñan en excluir o expulsar a los que “no son como nosotros”.
El Papa Francisco citó unas palabras del Papa Benedicto XVI sobre la unidad, un momento en el que aprovechó para pedir a los jóvenes que saludaran al Papa Emérito.
FRANCISCO
“Le mandamos un saludo desde acá. Él nos está mirando por la televisión. Un saludo, ¡todos!, con la mano, al Papa Benedicto”.
El Papa les pidió que promuevan la cultura del encuentro que es mantener vivo un sueño en común. Francisco explicó que ese sueño es una persona concreta.
FRANCISCO
“¿Cómo se llama el sueño nuestro?”
“Jesús”.
“No oigo”.
“Jesús”.
“No oigo”
“Jesús”.
Por último, invitó a todos estos jóvenes a creer que el amor de Jesús vale la pena y a imitar a la Virgen María.
Mientras atardecía junto al mar y el Papa se retiraba, la fiesta concluyó, como no podía ser de otra forma, con música, con el himno de esta Jornada Mundial de la Juventud.