Francisco mantuvo un encuentro con los participantes en la Asamblea Plenaria de Caritas Internationalis que reúne en Roma a más de 450 personas de 164 Cáritas.
Su presidente, el cardenal Tagle, fue el encargado de saludar al Papa.
“Santo Padre en nombre de la familia de Cáritas Internationalis le agradezco por haber respondido a nuestra petición y habernos concedido esta audiencia especial”.
El Papa Francisco les recordó que ejercer la caridad va más allá de ofrecer una ayuda material.
FRANCISCO
“Es necesario estar siempre atentos a no caer en la tentación de vivir una caridad hipócrita o engañosa, una caridad identificada con la limosna, con la beneficiencia o como si fuera “una píldora calmante” para nuestras conciencias inquietas”.
Francisco explicó que la caridad es el abrazo que Dios da a cada uno, en especial, a los últimos y necesitados, que no son un número sino personas. Por eso, dijo a estos trabajadores y voluntarios de Cáritas que la Iglesia no se puede convertir en una ONG, sino que también ha de ofrecer una atención espiritual.
FRANCISCO
“Si considerásemos a la caridad como una prestación, la Iglesia se convertiría en una agencia humanitaria y el servicio de la caridad sería “su departamento logístico””.
El Papa además lamentó que el ejercicio de la caridad se haya convertido para muchos en un negocio.
FRANCISCO
“Resulta escandaloso ver a trabajadores del ámbito de la caridad que la transforman en un negocio: hablan mucho de caridad pero viven en el lujo o derrochando u organizando encuentros sobre la caridad malgastando inútilmente mucho dinero”.
Por último, insistió en que no puede existir una auténtica caridad si no hay una relación personal con los pobres, porque la caridad de dar limosna es falsa si no toca el corazón y el alma.
