En EE.UU., la tasa de divorcio ya 5 años después de la boda es del 23% para quienes se casan en la Iglesia y el 25% para los matrimonios civiles.
Ante estas cifras, Mary-Rose y Ryan Verret no se quedaron de brazos cruzados y decidieron elaborar un curso de preparación matrimonial para ayudar a las parejas a seguir unidas.
MARY-ROSE VERRET
Fundadora de 'Testimonio de Amor'
“Comenzamos 'Testimonio de Amor' como una respuesta a la tasa de divorcio y a la poca asistencia la iglesia que veíamos en nuestra comunidad. Esas parejas jóvenes, esas familias jóvenes, son el futuro de la Iglesia. Si no los ves en la iglesia, y nosotros no los veíamos, pensamos: ¿cómo podríamos cambiar eso?”
Al poco tiempo de poner en marcha su programa, la asistencia a misa se multiplicó por 9.
La idea central de este programa es que cada pareja elija a otro matrimonio que les acompañe, ayude y asesore en su camino hacia la vida que desean comenzar. De esta forma, la Iglesia prepara a ambas parejas, una aprende de la otra, y mejora la calidad de su vida matrimonial.
RYAN VERRET
Fundador, 'Testimonio de Amor'
“'Testimonio de Amor' destaca que sólo relacionándose con otros se puede crecer en ese ser a imagen y semejanza de Dios, que es la clave de la virtud. No lo podremos encontrar en manuales, videos o estudios. Hay que practicarlo. La mejor manera de practicar una virtud es cerca de otras personas que luchan por alcanzarla”.
P. BRICE HIGGINBOTHAM
“La colaboración con estos voluntarios, con el material que proporciona 'Testimonio de Amor', me ayuda a cuidar de mi parroquia mejor que si lo hiciera yo solo con mis propios medios”.
El programa no es solo para novios, sino también para quienes se hayan casado sólo civilmente y quieran casarse por la Iglesia. Así, se verán recibidas y tendrán ayuda para dar este paso.
En EE.UU. y Canadá, han seguido este programa unas 3.000 parejas en más de 400 parroquias. El proyecto ya ha cruzado las fronteras y se está traduciendo al español, al francés y al vietnamita. Ayudará a vivir mejor el matrimonio, y a vivir también mejor la propia relación con Dios.