En el segundo domingo de Adviento, el Papa Francisco rezó el ángelus en la plaza de San Pedro ante 20 mil peregrinos. Un periodo en el que, según Francisco, hay que “llenar los vacíos y limar asperezas”.
FRANCISCO
“El Adviento es un momento favorable para rezar con mayor intensidad, para reservar a la vida espiritual el lugar importante que se merece. Otro vacío podría ser la falta de caridad hacia el prójimo, sobre todo hacia las personas que más ayuda necesitan, no solo material, sino también espiritual”.
Francisco pidió a los cristianos que abandonen las actitudes egoístas y derriben, como decía el profeta Isaías, “todo monte alto y colina” para vivir el Adviento desde la humildad.
FRANCISCO
“Los montes y las colinas que deben ser rebajadas son el orgullo, la soberbia, la prepotencia. Donde hay orgullo, donde hay prepotencia, donde hay soberbia no puede entrar el Señor porque ese corazón está lleno de orgullo”.
Por último, Francisco recordó a los presentes que ese mismo día recibía el Premio Nobel por la Paz la campaña para abolir las armas nucleares. Una cuestión que preocupa especialmente al Papa.
FRANCISCO
“Esforzarse por la tutela de la dignidad de todas las personas, particularmente de las más débiles y desfavorecidas significa también trabajar con determinación para construir un mundo sin armas nucleares”.
El Papa mostró su cercanía a India y al Estado de Kerala, que ha sufrido las consecuencias del ciclón Okhi tras el que han fallecido 239 personas y 167 todavía están desaparecidos.