En marzo, unos 300 jóvenes se reunirán en Roma para aportar ideas y preparar el próximo Sínodo. Éste se celebrará en octubre y tratará precisamente sobre la Iglesia y los jóvenes. Por eso, en el Ángelus, el Papa pidió a todos los jóvenes que participen en el encuentro de marzo a través de Internet.
FRANCISCO
“Quiero que todos los jóvenes puedan participar activamente en los preparativos del Sínodo. Por eso, podrán intervenir a través de Internet en los grupos lingüísticos moderados por otros jóvenes. La aportación de esos “grupos de Internet” se unirá a la de la reunión en Roma”.
Era el primer domingo de Cuaresma y el Papa centró su homilía del Ángelus en el episodio de las tentaciones a Jesús en el desierto. Francisco explicó que estas semanas son un periodo dedicado a combatir el mal en todas sus formas.
FRANCISCO
“También para nosotros la Cuaresma es un periodo de “entrenamiento” espiritual: estamos llamados a enfrentar al Maligno a través de la oración, para poder, con la ayuda de Dios, vencerlo en nuestra vida diaria. Por desgracia, el mal actúa en nuestra existencia y a nuestro alrededor con violencia, rechazo del otro, aislamiento, guerras e injusticias”.
El Papa recordó que la Cuaresma es un periodo de arrepentimiento y conversión. Dijo que se trata de una tarea optimista, porque elimina el egoísmo y abre el paso a la auténtica felicidad.
FRANCISCO
“Solo Dios puede darnos la verdadera felicidad: es inútil que desperdiciemos nuestro tiempo buscándola en otro lado, en riquezas, placeres, poder, carrera... El reino de Dios es la realización de nuestras aspiraciones más profundas y auténticas porque es, al mismo tiempo, la salvación del hombre y la gloria de Dios”.
La Plaza de San Pedro parecía un mar de paraguas en el que miles de personas desafiaban la lluvia. El Papa concluyó pidiendo a los peregrinos oraciones por él y por los miembros de la Curia Romana, que estaban a punto de comenzar su semana de ejercicios espirituales.