“Usted y toda la Iglesia Santo Padre pueden estar seguros de contar con nuestras oraciones. Muchas gracias”.
Así entregaron al Papa el documento final del pre-sínodo que reunió en Roma a 300 jóvenes de todo el mundo y contó con las aportaciones online de otros 15.000.
Y el encargado de hacérselo llegar a Francisco fue Yithzak de Panamá, un país en el que los jóvenes serán los protagonistas durante la JMJ de 2019.
YITHZAK GONZÁLEZ
Representante de Panamá
“Yo llegué, le di el documento y le dije: “Santo Padre, ¿lo puedo abrazar?”. Y me dijo: “Claro”. Lo abracé y le dije: “Lo queremos. En Panamá lo amamos y los jóvenes lo estamos esperando para la Jornada Mundial de la Juventud. Y que él me haya respondido: “Muy bien, allá estaremos”; y que me haya dicho que está muy alegre por nosotros ha sido magnífico. Se le siente cercano”.
Yithzak ha sido el representante de Panamá en el pre-sínodo y Martín el de El Salvador. Ambos se sienten agradecidos por la oportunidad de haber sido escuchados.
MARTÍN MUÑOZ
Representante El Salvador
“Era una oportunidad que estábamos esperando desde hace mucho tiempo. Cuando el Papa Francisco se ha acercado a nosotros después de la misa solo se escuchaban dos palabras, “gracias por escucharnos””.
Los trabajos se desarrollaron de lunes a viernes, en 26 grupos. Hubo 2 documentos previos al definitivo en el que señalan la necesidad de “una Iglesia más abierta y misericordiosa”.
BELKYS GUEVARA
Representante de Nicaragua
“El documento recoge todas las necesidades que tenemos como jóvenes, los retos, los desafíos, todo lo que los jóvenes deseamos, todo lo que los jóvenes pedimos, lo que necesitamos. Los jóvenes demandamos el acompañamiento de la Iglesia, de nuestros obispos, de nuestros sacerdotes. El documento en sí contiene muchísmo”.
Belkys y Daniela proceden de Centroamérica. Están satisfechas con el texto en el que han intentado que la realidad de su continente estuviera presente sin ningún maquillaje.
DANIELA FALLES
Representante de Costa Rica
“Estamos muy contentos sí. Como Latinoamérica hemos hecho bastantes aportaciones para que se escuchen las necesidades de nuestros jóvenes: migración, trata de personas, narcotráfico... Desafíos presentes en el día a día de los jóvenes”.
El exigente documento explica al Papa y a los padres sinodales que en ocasiones “la Iglesia aparece como demasiado severa y excesivamente moralista” y que, en otras ocasiones “es difícil superar la lógica del “siempre se ha hecho así”.
También lamentan que muchos jóvenes hayan dejado la Iglesia por haberse sentido juzgados y rechazados y esperan ser parte de una Iglesia que salga al encuentro de forma creativa y en lugares nuevos como bares, gimnasios o estadios de fútbol.