Cinco años después de su renuncia, un documental de Rome Reports y TV 2000 “Benedicto XVI, en honor a la verdad” aporta elementos clave para entender por qué tomó esta decisión.
BENEDICTO XVI
11 de febrero de 2013
“Declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro”.
¿CUÁNDO TOMÓ LA DECISIÓN?
La idea comenzó a tomar fuerza tras su viaje a México. El Papa no se encontraba con fuerzas para responder a las expectativas de la gente, sobre todo en actividades extraordinarias como viajes.
STEPHAN HORN
Asistente de Joseph Ratzinger en Ratisbona
“El médico le dijo que no podía viajar a Brasil donde se iba a realizar un gran encuentro con los jóvenes. Se dio cuenta que era inevitable no poder ir a este evento y entonces decidió renunciar un poco antes'.
El Papa regresó de México en marzo, y a finales de abril mencionó a sus colaboradores que estaba pensando en renunciar.
ATENCIÓN PASTORAL
Pronto el Papa comprendió que no se trataba solo de tener dificultades para los viajes, sino también para la gestión de las decisiones cotidianas.
FEDERICO LOMBARDI
Exportavoz del Vaticano
“La rapidez de los acontecimientos, la necesidad de intervenir de forma urgente, con decisión, la cantidad de problemas y de cuestiones que llegan, digamos, a la mesa del Papa en un mundo globalizado como el nuestro... Con ritmos, incluso de acontecimientos urgentes y cada vez más urgentes, con el tipo de comunicación que, ahora es algo normal, y que es realmente dinámico y exigente”.
UNA DECISIÓN MUY PERSONAL
Lo que está claro es que fue una decisión completamente personal, muy reflexionada y para nada improvisada.
MONS. GEORG GÄNSWEIN
Secretario de Benedicto XVI
“Benedicto no renunció por culpa del pobre y mal aconsejado mayordomo. Ni por los cotilleos sobre su apartamento y que en el caso Vatileaks circularon por Roma como moneda falsa y se comerciaron en el resto del mundo como lingotes de oro. Ningún traidor, cuervo o periodista habría podido empujarlo a tomar esa decisión. Era un escándalo demasiado pequeño para algo tan grande”.
La decisión se ha demostrado la más correcta. De haber seguido siendo Papa, no habría podido gobernar la Iglesia.
FEDERICO LOMBARDI
Exportavoz del Vaticano
“No podría hacer casi nada de lo que se espera de un Papa. No podría viajar, no podría presidir celebraciones públicas, ni mantener reuniones largas, ni tomar decisiones complejas. Es evidente que ha hecho bien, ha hecho lo más razonable ante Dios y ante los hombres”.
La renuncia de Benedicto, que entonces parecía un gesto imposible, en sólo cinco años se ha convertido en una decisión que todos asumen como la más sabia. Fue otra más de las lecciones del Papa profesor.