En el ángelus en la plaza de San Pedro, el Papa recordó que Jesús, después de hacer el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, y de dar de comer a miles de personas, pidió que se recogieran las sobras y que no se tirara la comida.
FRANCISCO
“Pienso a quienes pasan hambre y a la cantidad de comida que sobra y que tiramos. Que cada uno se pregunte: '¿Dónde va la comida que sobra en el almuerzo o en la cena?' '¿Qué se hace en mi casa con la comida que sobra? ¿Se tira?' No”.
“No tiréis jamás la comida que sobra. Se recocina o se da a quienes puedan comerla, a quien la necesite. Que nunca se tire la comida que sobra. Es un consejo y un examen de conciencia: '¿Qué se hace en casa con la comida que sobra?'”.
También el Papa recordó que ese milagro fue posible gracias a un joven generoso que puso a disposición de los apóstoles su pan y sus peces.
FRANCISCO
“¡Qué bueno era este chico! Valiente. También él miraba a la multitud y luego a sus cinco panes. Y dijo: 'Yo tengo esto, si sirve, estoy a disposición'. Este chico nos hace pensar. Esa valentía. Los jóvenes son así. Son valientes. Debemos ayudarles a vivir esta valentía”.
Antes de marcharse recordó que esta semana se celebra la Jornada Mundial contra la Trata de Personas, que afectan a miles de personas en todo el mundo. Pidió la colaboración de todos para devolver la dignidad a los afectados.
FRANCISCO
“También las rutas migratorias son a menudo utilizadas por traficantes y explotadores para reclutar a víctimas de la trata. Es responsabilidad de todos denunciar las injusticias y contrastar con firmeza este crimen vergonzoso”.
Fue uno de los domingos más calurosos del año, pero participaron unas 25 mil personas. Por eso, el Papa elogió así a los peregrinos.
“Sois valientes, ahí bajo este sol... ¡Enhorabuena!”