Uno de los mayores expertos sobre el Papa Francisco es el periodista británico Austen Ivereigh.
Su libro “El Gran Reformador” fue uno de los primeros y más completos que se escribieron tras la elección papal. Ahora regresa con un apasionante análisis sobre su pontificado: “Pastor Herido”.
AUSTEN IVEREIGH
Autor, “Pastor Herido”
“Mi editorial me pregunta en algún momento ¿Qué pasó con la reforma? Y este es un intento de describir qué ha pasado en los últimos 6 años”.
El libro es un relato de la estrategia del Papa Francisco para cambiar la Iglesia y para cambiar el mundo. Lo presenta como un director espiritual que guía sin forzar a las personas.
AUSTEN IVEREIGH
Autor, “Pastor Herido”
“Pastor Herido”, porque yo he llegado a entenderlo más como el director espiritual de una Iglesia muchas veces herida, digamos, pero él está conduciendo un proceso de conversión que comienza con el aceptar de nuestras heridas. Entonces, para mí, la conversión principal que él está llevando a acabo en la Iglesia es una conversión de cultura, de mentalidad, de corazón, y yo creo que los frutos son muy evidentes.
A lo largo de las páginas descubre episodios poco conocidos sobre el día a día en el Vaticano, en los que no falta drama, tensión y humor. Por ejemplo, las resistencias que el Papa se ha encontrado por el camino.
AUSTEN IVEREIGH
Autor, “Pastor Herido”
Hay una resistencia que es muy fuerte y muy vocífera, precisamente porque lo que él está invitando es la conversión, es la misericordia, el amor incondicional de Dios, y esto afecta a gente que quiere adueñarse de la religión
Y puede parecer que ganen porque hacen mucho ruido, pero yo creo que lo que va a durar de este pontificado es lo que estamos viendo, los frutos espirituales, la humildad y sobre todo la dirección misionera y pastoral de la Iglesia y para mí creo que esto continuará más allá de este pontificado.
El libro es también una ventana al futuro de la Iglesia pues Austen Ivereigh ve a Francisco como el primero de una larga serie de pontificados.
Lo describe como un “pastor herido” de una Iglesia humilde que no teme mirar sus heridas, que pide perdón, y que lleva misericordia al mundo. Y esa es sólo una de las reformas del Papa Francisco.