El Papa habló de paz en su homilía en Casa Santa Marta. Dijo que los fuegos de la guerra han sido despertados pero que la oración es la que tiene la fuerza de apagarlos.
FRANCISCO
Cuando hablamos de paz, inmediatamente pensamos en las guerras, que en el mundo no haya guerras, que haya paz segura. Es la imagen que nos viene siempre, paz y no guerras, pero siempre fuera: en ese país, en aquella situación...
El Papa explicó que la paz no se empieza a conseguir fuera sino dentro de cada uno. Dijo que la paz mundial llegará si todos se lo piden en la oración.
EXTRACTOS DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente: Vatican News)
No podemos “ser cristianos” si somos 'sembradores de guerra' en la familia, en nuestro vecindario, en el lugar de trabajo: “que el Señor nos dé el Espíritu Santo para permanecer en Él y nos enseñe a amar simplemente, sin declarar la guerra a los demás”.
Cuando hablamos de paz, inmediatamente pensamos en guerras, que no haya guerras en el mundo, que haya paz segura, es la imagen que nos viene siempre, paz y no guerras, pero siempre afuera: en ese país, en esa situación ... Incluso en estos días que ha habido tantos fuegos de guerra encendidos, la mente inmediatamente va allí cuando hablamos de paz, [cuando oramos para que] el Señor nos dé la paz. Y esto está bien; y debemos orar por la paz mundial, siempre debemos tener ante nosotros este don de Dios que es la paz y pedirlo para todos.
Al final de su homilía, el Santo Padre explica que cuando el diablo logra hacernos hacer la guerra y enciende ese 'fuego', 'está feliz, porque ya no tiene que trabajar': 'somos nosotros que trabajamos para destruirnos', 'somos nosotros que llevamos a delante la guerra, la destrucción, destruyéndonos primero a nosotros mismos porque sacamos el amor y luego a los demás'. En este sentido, el Papa puntualiza que, en efecto, uno es 'dependiente de este hábito de ensuciar a otros': 'es una semilla que el diablo ha puesto en nuestro interior' concluye.
Melissa Butz
Traducción: Javier Romero