La hermana Crescencia es una misionera que vive en la India. Su labor es muy amplia: desde ayudar a las mujeres a dar a luz, hasta impartir el tratamiento de la malaria y medicinas para las víctimas de mordeduras de serpiente.
HNA. CRESCENCIA SUN
Misionera de RNDM en la India
“Trabajé en otro lugar en Bihar, en el norte de la India. Allí mucha gente sufre mordeduras de serpiente, y por ello tenemos una clínica especializada en ellas. Hay todo tipo de serpientes, pero las más comunes son cobras, víboras y víboras de Russel y Krait. Los hindúes adoran las serpientes y no pueden matarlas aunque sufran continuamente sus mordeduras”.
Las clínicas donde la hermana Crescencia trabaja se encuentran en aldeas sin atención médica. Su congregación atiende a más de 98.000 pacientes.
HNA. CRESCENCIA SUN
Misionera de RNDM en la India
“La gente de las aldeas es muy pobre. No pueden permitirse el lujo de pagar medicamentos. Y nosotras no estamos en condiciones de conseguir gratis las medicinas porque no tenemos suficientes fondos”. “Una de las cosas que me mantuvo allí fue el sentido de compasión que crecía al ver y escuchar el grito de la gente de la aldea que no tenía a donde ir”.
Además de las exigencias médicas, otro problema es el analfabetismo. Las hermanas dirigen una clínica materno-infantil con 800 madres involucradas. Allí educan a mujeres para que puedan hacer pequeños trabajos, pero lo más importante es que aprendan a cuidar de su salud y la de sus hijos.
HNA. CRESCENCIA SUN
Misionera de RNDM en la India
“Recibimos pocas ayudas del gobierno. Tan solo vacunas periódicas y algunas vitaminas para mujeres embarazadas, y vitamina A para los niños”.
La hermana Crescencia dice que las escasas ayudas empeoran las cosas, especialmente porque en su región el 99 por ciento de la población tiene malaria, y el virus es muy resistente.
Lleva cuidando desde hace más de 30 años y asegura que su labor nunca termina. Mientras trabaja, busca inspiración en Madre Teresa, poniendo amor en cada pequeña acción diaria.
Melissa Butz
Traducción: Carlos Colomer