El Papa visitó esta iglesia en la concurrida Via del Corso, pues alberga uno de los tesoros más simbólicos para los romanos: el “Crucifijo Milagroso”.
A esta impresionante imagen se atribuye su protección durante la Gran Peste en el siglo XVI. La imagen fue llevada en procesión durante 16 días y se dice que a su paso la peste se detenía.
500 años después del milagro de la “liberación de la peste”, el Papa acudió ante él para pedir el fin de la pandemia deL coronavirus.
No es la primera vez que un Papa reza ante él. En 1.600 fue llevado a la basílica de San Pedro para el jubileo convocado por el Papa Inocencio X y el el año 2.000 fue testigo del gran acto de petición de perdón de la Iglesia presidido por Juan Pablo II.
Daniel Díaz Vizzi