El Papa tuvo la audiencia general desde su biblioteca. Esta semana recordó que cumple 25 años la encíclica de Juan Pablo II “Evangelium Vitae”, sobre el derecho a la vida.
FRANCISCO
Toda vida humana, única e irrepetible, tiene valor por sí misma, tiene un valor inestimable.
Los ataques a la dignidad y a la vida de las personas continúan por desgracia también en nuestra época, que es la época de los derechos humanos universales. Es más, estamos ante nuevas amenazas y nuevas esclavitudes, y no siempre las legislaciones protegen la vida humana más débil y vulnerable.
En la fiesta de la Anunciación, el Papa recordó que María acogió el anuncio del arcángel Gabriel e inmediatamente fue a ayudar a otra persona, su prima Isabel, que estaba embarazada.
FRANCISCO
[La dignidad humana] no es un concepto abstracto. Se manifiesta siempre en una persona de carne y hueso: un niño recién concebido, un pobre marginado, un enfermo solo y desanimado o en estado terminal, uno que ha perdido su trabajo o no lo encuentra, un emigrante rechazado o segregado.
El Papa recordó que la dignidad humana no es una ideología, sino una realidad que requiere una respuesta concreta de todos, no sólo de los cristianos.
FRANCISCO
Cada vez caemos más en la cuenta, en este periodo en el que la epidemia se está llevando por delante la vida de muchas personas. Por la intercesión de María, rogamos al Señor de la Vida que detenga esta amenaza de muerte y que vuelva a inculcar en el corazón de todos el respeto por cada vida.
La “Evangelium Vitae”, escrita en 1995, afronta cuestiones muy delicadas como la defensa de la vida en todas sus fases. Además, define la doctrina católica sobre aborto y eutanasia.
Antes de concluir la audiencia general, Francisco recordó que el viernes impartirá la bendición Urbi et Orbi desde una plaza de San Pedro vacía. Será a las 6 de la tarde, hora de Roma, e invitó a todos a participar virtualmente.
Melissa Butz