A finales de mayo, el número oficial de casos positivos al COVID-19 en Pakistán superó los 45.000, con poco menos de 1.000 fallecidos. En este país sacudido por la pobreza, Cáritas Pakistán está tomando medidas para ayudar a quien lo necesite. La organización tiene siete centros, 200 empleados y más de 1.000 voluntarios para afrontar esta emergencia.
AMJAD GULZAR
Director ejecutivo, Cáritas Pakistán
'Decidimos hacer un plan para llegar a las personas más vulnerables a esta situación. Hemos distribuido bolsas de alimentos y kits de higiene y seguridad. Así, al menos durante el confinamiento, pueden quedarse seguros en casa para no convertirse en víctimas de la pandemia del COVID-19.'
Cáritas Pakistán ha centrado sus esfuerzos en concienciar e informar a la población sobre las medidas de seguridad propuestas por la Organización Mundial de la Salud, UNICEF y los organismos sanitarios locales para detener la propagación del virus.
AMJAD GULZAR
Director ejecutivo, Cáritas Pakistán
'A algunos empleados del hospital y al personal sanitario les proporcionamos kits de seguridad, porque son personas muy importantes en este momento, en la primera línea para combatir la propagación del virus'.
Cáritas Pakistán ya está pensando en el después de la pandemia. Por ejemplo, en cómo acompañar a quienes sienten el peso emocional de las constantes noticias negativas sobre la pandemia.
AMJAD GULZAR
Director ejecutivo, Cáritas Pakistán
'Muchos están sufriendo por dentro. Por eso hemos incluido en nuestros proyectos el acompañamiento post traumático, la rehabilitación y el cuidado psicosocial”.
Cáritas trabaja de la mano con la Conferencia Episcopal de Pakistán y otras instituciones de la Iglesia católica para actuar ante los problemas más urgentes de la crisis sanitaria en todo el mundo.
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