Los problemas éticos de las vacunas contra el coronavirus

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31/05/2020
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Algunos científicos e investigadores buscan la vacuna del coronavirus mediante métodos dudosamente éticos. Por ejemplo: utilizando células de fetos abortados.

El doctor Edward Furton, del National Catholic Bioethics Center de Filadelfia y Helen Watt, de Anscombe Bioethics Centre, de Reino Unido, explican las claves de esa polémica línea de investigación.

EDWARD FURTON
National Catholic Bioethics Center
“Los investigadores esperan que se produzca un aborto para recibir el tejido que necesitan. Colocan las células en contenedores especiales, donde reciben los nutrientes apropiados para duplicarse. A través de las duplicaciones se forma lo que se llama una línea celular. Por tanto, estas células descienden de tejidos de fetos abortados cuando en realidad no es necesario hacer esto. Se pueden crear vacunas con otros métodos”.

HELEN WATT
Anscombe Bioethics Centre
“Algunos métodos no utilizan células o las toman de animales o plantas. Por desgracia algunos métodos usan líneas celulares provenientes de tejidos originales de bebés abortados. Estas líneas celulares han circulado por décadas en laboratorios alrededor del mundo. Estas situación crea dudas de conciencia”.

En el 2008 la Congregación para la Doctrina de la Fe explicó la visión de la Iglesia ante polémicas como esta en el documento 'Dignitas Personae'.

Dice que “el uso de embriones o fetos humanos como objeto de experimentación constituye un delito en consideración a su dignidad de seres humanos”. También que “estas formas de experimentación constituyen siempre un desorden moral grave”.

Lo importante es que no todas las líneas de investigaciones actuales contra el coronavirus atentan contra la dignidad de la persona.

HELEN WATT
Anscombe Bioethics Centre
“En Oxford hay un proyecto que sí pretende usar células de fetos pero también hay otra iniciativa en Londres que no lo hace y que está desarrollando una investigación sólida”.

Helen Watt advierte de que es el momento de estudiar qué vacuna contra el coronavirus se está desarrollando éticamente.

Aunque, por otro lado, el doctor Edward recuerda que, una vez producidas, hay casos en que los católicos sí podrían recibir una vacuna que se haya descubierto con este procedimiento.

EDWARD FURTON
National Catholic Bioethics Center
“La Iglesia generalmente sostiene que cuando no hay alternativa y hay un problema sanitario grave, las vacunas deben utilizarse para preservar la propia salud, la de los niños y la de toda la sociedad”.

Según Dignitas Personae, “el peligro para la salud de los niños podría autorizar a sus padres a utilizar una vacuna elaborada con líneas celulares de origen ilícito”. Esta premisa tendría una condición.

HELEN WATT
Anscombe Bioethics Centre
“En principio usted podría recurrir a esta vacuna. Sin embargo, antes de llegar a esto todos deberíamos exigir a nuestros sistemas sanitarios que produzcan vacunas éticamente”.

De hecho, los obispos de Estados Unidos escribieron una carta a la administración pública del país para pedir acceso a vacunas libres de cualquier conexión con el aborto. El documento, además, contiene la firma de varias asociaciones cristianas.

Mientras todo el mundo trabaja por descubrir una vacuna contra el COVID-19, la Dignitas Personae aparece como un recordatorio para los cristianos. Dice que es un “deber” expresar el desacuerdo con la producción de vacunas con medios ilícitos. 

Melissa Butz

Traducción: Javier Romero

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