El Jubileo de la Misericordia cumple 5 años. Y vale la pena recordarlo porque sigue siendo un icono del pontificado de Francisco.
Por ejemplo, el Papa quiso inaugurarlo en uno de los lugares que más sufren del mundo, la República Centroafricana.
Asistieron a la misa unas 2.500 personas, entre ellas el imán de la mezquita central de la ciudad.
FRANCISCO
“Bangui es la capital espiritual de la oración por la Misericordia del Padre”.
Una semana más tarde, el 8 de diciembre, fue la apertura solemne en la basílica de San Pedro. Allí el Papa explicó el sentido de este Jubileo.
FRANCISCO
“Entrar por la puerta significa descubrir la profundidad de la misericordia del Padre que acoge a todos y sale personalmente al encuentro de cada uno”.
Fue quizá el único jubileo de la historia inaugurado por dos Papas, Francisco, y el pontífice emérito Benedicto XVI.
Comenzó así una peregrinación continua de peregrinos que seguiría atravesando esa puerta y reflexionando sobre la misericordia de Dios, hasta casi doce meses después.
Hubo puertas santas en iglesias de todas las ciudades del mundo, y no sólo en iglesias. Por ejemplo, el Papa inauguró esta en un centro de acogida para personas sin techo de Roma.
FRANCISCO
“Esta puerta, que es la puerta de la Caridad, la puerta de donde se ayuda a tantos, a tantos descartados, nos haga entender que sería bueno que cada uno de nosotros, cada romano, cada uno se sienta descartado, y sienta la necesidad de la ayuda de Dios”.
A lo largo del jubileo, acudió a menudo por sorpresa a lugares de Roma para cumplir lo que llamaba gestos de misericordia.
En enero fue a este centro para ancianos.
“Estoy muy contento”.
“Y nosotros también, de acogerlo”.
“¿Cómo está, señora?”
“No muy bien...”
“¡Ánimo!”.
En esa misma visita, se detuvo en una casa que acoge a seis personas en estado vegetativo y a sus familiares.
En febrero tuvo lugar uno de los momentos más multitudinarios del jubileo. Miles de personas salieron a las calles de Roma para recibir los restos de dos santos famosos por haber dedicado mucho tiempo a confesar a la gente: San Leopoldo de Mandic y el Padre Pío.
Las reliquias estuvieron varios días expuestas en la basílica de San Pedro también el Papa fue a rezar ante ellas.
La misericordia tiene muchos rostros, por eso, en mayo se detuvo unas horas en la comunidad de discapacitados mentales “Il Chicco”, un centro perteneciente a la Comunidad del Arca.
Uno de los grandes eventos del jubileo fue en junio, este encuentro con sacerdotes de todo el mundo. El Papa les invitó a este retiro espiritual completo que él mismo predicó.
FRANCISCO
“Nuestro pueblo perdona muchos defectos a los sacerdotes salvo el de estar apegados al dinero. El pueblo no lo perdona. Y no es tanto por la riqueza en sí misma sino porque el dinero nos hace perder la riqueza de la misericordia”.
En julio Francisco se reunió con cientos de miles de jóvenes en Cracovia, la ciudad de Juan Pablo II. Allí atravesó con ellos una puerta santa abierta para la ocasión.
En un enérgico discurso, les invitó a no ser conformarse con una vida mediocre.
FRANCISCO
“Queridos jóvenes, no vinimos a este mundo a “vegetar”, a pasar por él cómodamente, a hacer de la vida un sofá que nos adormezca. Al contrario, hemos venido a otra cosa, a dejar una huella. Es muy triste pasar por la vida sin dejar una huella”.
En agosto, viajó a a Asís para mostrar otro aspecto de la misericordia.
Confesó a muchos sacerdotes y recordó que justo 800 años antes San Francisco había pedido al Papa que diera una indulgencia a quienes se confesaran en esta iglesia el 2 de agosto.
FRANCISCO
“El mundo necesita el perdón; demasiadas personas viven encerradas en el rencor e incuban el odio, porque, incapaces de perdonar, arruinan su propia vida y la de los demás, en lugar de encontrar la alegría de la serenidad y de la paz”.
Ya en Roma, invitó a comer en su misma casa a 21 refugiados sirios.
“Es el drama de la guerra”.
Otro día visitó una casa de la “Comunidad Papa Juan XXIII”. Allí viven 20 mujeres liberadas de la esclavitud de la prostitución. Durante más de una hora le relataron el drama que padecieron.
“Hoy os pido perdón a todas vosotras. Por todos los cristianos, los católicos, que han abusado de vosotras. Y también perdón de mi parte, por no haber rezado lo suficiente por vosotras y por esta esclavitud”.
La obra de caridad de septiembre fue esta tierna visita a un hospital infantil. Se acercó a las cunas de los bebés, les regaló una medalla y saludó a sus padres.
“Se llama Giancarlo, nació con 7 meses. Es un poco prematuro. Pero está bien. Ya nos falta poco para llevarlo a casa”.
Los últimos grandes encuentros y mensajes del Jubileo fueron muy elocuentes.
En el jubileo de los presos pidió mejores condiciones de vida en las cárceles.
En su último “viernes de la misericordia”, visitó a un grupo de hombres que habían dejado el sacerdocio.
Y en el Vaticano se reunió con miles de personas sin hogar.
FRANCISCO
“Les pido perdón por todas las veces que los cristianos delante de una persona pobre o de una situación pobre miramos hacia otro lado. Perdón”.
Como es tradicional, el Jubileo terminó con la solemne clausura de la Puerta Santa.
Eso sí, el Papa recordó que las puertas de la misericordia de Dios siempre.
Esta puerta volverá a abrirse para el gran jubileo del año 2025.
Javier Martínez-Brocal