Francisco explicó que la Biblia es una fuente de la que cada cristiano puede sacar mucho provecho. Por eso recomendó meditarla a menudo y con atención
FRANCISCO
La Palabra de Dios, impregnada del Espíritu Santo, cuando es acogida con corazón abierto, no deja nunca las cosas como antes. Nunca. Algo cambia.
Francisco aconsejó a los cristianos vivir la “lectio divina”. Esta práctica inició en ambiente monástico, pero actualmente la practican muchos laicos. El Papa explicó en qué consiste este modo de meditar fragmentos de la Biblia.
FRANCISCO
Siempre siendo fiel al texto, comienzo a interrogarme sobre qué me dice a mí. Es un paso delicado. No se debe caer en interpretaciones subjetivas. La Biblia no se puede leer como una novela.
El último paso es la contemplación, donde a raíz de la meditación del texto nace un diálogo sincero con Dios del que se saca fuerza.
FRANCISCO
La Palabra inspira buenos propósitos y sostiene la acción. Nos da fuerza y serenidad, y también cuando nos mete en crisis nos da paz.
Parece que Francisco está recuperándose de la ciática que le impidió presidir varias ceremonias el domingo y el lunes.
Este martes asistió al funeral de su médico personal, fallecido por el coronavirus, en una ceremonia dentro del Vaticano.
Javier Romero