El cardenal Mario Grech nunca se imaginó que iba a recibir la púrpura. De joven entró en el seminario pensando en ser párroco.
CARD. MARIO GREC
Secretario general, Sínodo de obispos
“Iba a empezar la universidad. Estaba haciendo voluntariado con personas con discapacidad, todavía lo recuerdo. Al pasar el tiempo con un joven que estaba en silla de ruedas a causa de un accidente pensé en mi vida. Y allí llegó la llamada”.
Sin embargo en septiembre fue nombrado secretario del Sínodo de Obispos, sucediendo a Lorenzo Baldisseri. Y el 28 de noviembre se arrodilló ante Francisco para recibir la birreta.
CARD. MARIO GRECH
Secretario general, Sínodo de obispos
“Con el Papa me siento muy bien. En él encuentro un padre que me acompaña, no solo en mi camino como cristiano, sino como sacerdote y obispo”.
En estos momentos trabaja en la próxima asamblea del Sínodo de Obispos cuyo tema será, precisamente, la sinodalidad. Se trata de un tema de interés para todos los cristianos, no solo los católicos, porque toca el modo de tomar decisiones en la Iglesia y cómo el Papa debe ejercer su rol.
CARD. MARIO GRECH
Secretario general, Sínodo de obispos
“Siempre se les invitó a los sínodos pasados. Su opinión es apreciada. Si todos somos el Pueblo de Dios, ¿por qué no escuchar lo que el Espíritu Santo dice a nuestros hermanos? Más aún en este caso, porque ellos tienen una experiencia sinodal muy rica”.
En el equipo de colaboradores del cardenal hay una mujer. Se llama sor Nathalie Becquart y ha sido recientemente nombrada por el Papa, por lo que podrá votar en el sínodo. El cardenal Mario Grech dice esta decisión es un paso importante para desclericalizar las estructuras eclesiásticas.
CARD. MARIO GRECH
Secretario general, Sínodo de obispos
“Esto es una novedad en parte, porque en los sínodos pasados no solo participaron obispos o sacerdotes. También laicos.
Pero que ella sea miembro del sínodo supone que la mujer tendrá más presencia en el proceso de toma de decisiones”.
El próximo sínodo será en el 2022 y a Roma vendrán obispos de todo el mundo. Se espera que para entonces la pandemia esté mucho más controlada para que se pueda desenvolver con normalidad.
Javier Romero
