Existen varios países cuyo jefe de estado es también líder de una comunidad religiosa. Por ejemplo, la reina Isabel II de Reino Unido es la máxima dirigente de la Iglesia anglicana y la Reina Margarita II de Dinamarca es la cabeza de la Iglesia Evangélica Luterana de este país.
Dentro del mundo católico, quizá el Vaticano sea el caso más famoso, pero no el único. Aparte del Papa, existe otro mandatario con un título eclesiástico en este pequeño país en la frontera entre España y Francia. Hablamos del principado de Andorra. Aquí, el presidente de la República de Francia comparte la jefatura de estado con el obispo de Urgell, una diócesis española.
CARLES ÁLVAREZ MARFANY
Embajador de Andorra ante la Santa Sede
“El obispo de Urgell es copríncipe de Andorra también, pero ya desde el inicio, y este título se ha ido manteniendo durante los años. Lo que ha hecho que nuestro país llegue e ser independiente en la actualidad. Seguramente, si uno de los señores de Andorra en la época hubiese sido un señor feudal, nuestro país difícilmente hubiese existido”.
El origen de la figura de los copríncipes se remonta al siglo XI, cuando se repartió el territorio de Andorra entre dos vasallos del conde de Urgell: el obispo de Urgell y el conde de Caboet. Los dominios de este último acabaron pasando finalmente a Francia.
El papel de los copríncipes actuales, Emanuel Macron y Joan-Enric Vives, es bastante simbólico. Principalmente sancionan las leyes, para lo que basta con la firma de cualquiera de los dos.
La relación de Andorra con la Iglesia católica también se deja ver en sus divisiones administrativas. Son siete y reciben el nombre de parroquias porque cada una está ligada a una iglesia. Actualmente sus gobernantes son seglares y reciben el nombre de cónsules.
Un 90,2% de los andorranos profesa la fe cristiana. Aunque este porcentaje está en retroceso desde el año 2000, es mucho mayor que en tantos otros países. Lo que no significa que Andorra sea un estado confesional.
CARLES ÁLVAREZ MARFANY
Embajador de Andorra ante la Santa Sede
“Es un país laico en principio, pero evidentemente nuestra cultura es cristiana. E incluso en la educación tenemos diferentes sistemas educativos ya sea el español o el francés y también hay un sistema educativo confesional. Y todos, hay que decirlo, son gratis, es decir, la gente puede elegir el sistema educativo que le parezca más conveniente”.
Con una altura promedio de 1.996 metros y una temperatura media mínima anual de -2ºC, las labores agrícolas pueden ser complicadas en este pequeño país. Por eso, el principado de Andorra ha confiado históricamente en la diplomacia para conservar su independencia y prosperidad.
CARLES ÁLVAREZ MARFANY
Embajador de Andorra ante la Santa Sede
“Un pequeño país siempre necesita de alguien para que sea escuchado. Menos en la actualidad, donde tenemos también presencia en estamentos internacionales, pero antiguamente es verdad que tener una figura así tanto de la Iglesia como de parte del gobierno francés pues siempre ha ayudado a que Andorra pueda salir de situaciones muy complejas”.
Andorra ha aprovechado sus frecuentes nevadas, ideales para practicar esquí, y su comercio con bajos impuestos para convertirse en un destino turístico ideal. Pero aunque los tiempos cambien, los andorranos conservan su estrecha relación con la Iglesia católica. Unos orígenes de los que están muy orgullosos.
RM