El mes de abril inició con las principales ceremonias de la Semana Santa.
El Jueves Santo por la mañana el Papa presidió la Misa del Crisma, que en 2020 había sido cancelada por la pandemia.
El Viernes Santo, por segundo año consecutivo, el Vía Crucis fue en una plaza de San Pedro vacía. Las reflexiones, en esta ocasión, fueron escritas por adolescentes que expusieron sus desafíos, miedos e ilusiones.
El domingo el Papa impartió la bendición Urbi et Orbi. Fue una ocasión más para pedir a la comunidad internacional un esfuerzo mayor para llevar las vacunas a todo el mundo, sobre todo a los países más necesitados.
FRANCISCO
4 de abril, 2021
'Pido a toda la comunidad internacional un compromiso para superar los retrasos en la distribución (de vacunas) y que se compartan, especialmente con los países más pobres'.
También rezó por la paz en muchos países asolados por la guerra y la violencia. Citó el caso de Myanmar, Ucrania, Siria, Yemen y Haití.
En el domingo de la Divina Misericordia el Papa celebró misa en el santuario que hay en Roma. Entre los presentes había presos de varias cárceles de Roma y pacientes de hospitales cercanos.
FRANCISCO
11 de abril, 2021
'Vosotros representáis algunas realidades en las cuales la misericordia se hace concreta, con la cercanía, el servicio, la dedicación a las personas en dificultad. Deseo que os sintáis “misericordiados” para ser vosotros misericordiosos'.
El Papa tuvo un encuentro privado con el primer ministro designado de Líbano, Saad Hariri. El político señaló más tarde a través de Twitter que el Papa le confirmó su deseo de visitar el país una vez que se hubiera formado gobierno.
Francisco también visitó el centro de vacunación que el Vaticano organizó para personas sin recursos y pasó un rato con ellos.
En la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, el 26 de abril, el Papa ordenó a 9 sacerdotes de los seminarios de Roma.
En abril también anunció dos cambios importantes del sistema legal del Vaticano: el primero fue la introducción de medidas anticorrupción entre los oficiales del Vaticano.
Las nuevas medidas exigieron que todos los empleados del Vaticano no tengan procesos penales abiertos ni intereses en empresas no alineadas con la Doctrina Social de la Iglesia.
El segundo cambio fue la abolición de algunos privilegios para cardenales. Concretamente el Papa dispuso que no sean juzgados por un tribunal especial sino que pasen por el mismo proceso que cualquier ciudadano del Vaticano o empleado acusado de cometer delitos.
Estos cambios fueron anunciados justo cuando se estaban investigando inversiones sospechosas realizadas por la Secretaría de Estado en las que estaba supuestamente involucrado el cardenal Angelo Becciu.