Durante casi 20 años de matrimonio, la relación entre Cyprien y Daphrose acarició la ruptura definitiva.
Él era un artista, poeta y estudioso de la cultura de Ruanda y tuvo gran éxito entre las décadas de los 60 y 70. Pero fue infiel a su esposa. Con varias mujeres. Con una de ellas hasta tuvo un hijo. Y en una ocasión hasta repudió a Daphrose. La echó de casa porque se creyó las habladurías de los vecinos, que decían que era una bruja.
WALDERY HILGEMAN
Postulador de la causa
'Le dijo que hiciera las maletas y sin mayores explicaciones la devolvió a su familia. Y esto en el contexto local era algo muy doloroso, una ofensa muy grave. Después, poco a poco, comprendió que estas acusaciones eran falsas, que no tenían sentido, y volvió a por su mujer'.
Daphrose era católica practicante y muy paciente. Nunca se separó de su marido a pesar de lo mucho que la hizo sufrir.
WALDERY HILGEMAN
Postulador de la causa
'Daphrose siempre estuvo junto a su marido, en silencio, sufriendo. Era una mujer de profunda fe. De hecho, ella acogió como si fuera suya la hija que Cyprien había tenido con otra mujer'.
Todo cambió cuando Cyprien sufrió una enfermedad grave y tan extraña, que los médicos no supieron ni siquiera diagnosticar. Era el año 1982. Y ocurrió lo inesperado.
WALDERY HILGEMAN
Postulador de la causa
'Ocurrió durante un viaje a Bélgica, adonde viajó para hacer unas pruebas médicas. Durante el vuelo vivió una experiencia de fe muy fuerte. Estaba leyendo el texto de una canción que compuso, cuando entendió el papel de Dios en su vida. Cuando llegó a Bélgica todos los síntomas que padecía desaparecieron'.
Cyprien se convirtió y dio un giro radical a la relación con su mujer. A finales de los 80 ambos entraron en la Comunidad de Emmanuel, de gran espíritu misionero.
Cyprien comenzó a promover la fraternidad en Ruanda, un país donde ese concepto estaba prohibido.
WALDERY HILGEMAN
Postulador de la causa
'Él no tenía ni partido ni inclinación política. Decía que pertenecía al partido del amor, al partido de Cristo. Y por este motivo, Cyprien no se sumó a ninguna de las corrientes que había en su país. Y esto tuvo consecuencias graves en su vida. Perdió su puesto de prestigio, como director del Instituto de Investigación de la cultura local'.
Perdió el trabajo y después, la vida, durante el genocidio de 1994. El 7 de abril de ese año unos hombres armados entraron en el jardín de su casa y lo asesinaron a balazos, junto a Daphrose y a seis de sus hijos.
No los mataron por pertenecer a una tribu, sino por ser cristianos y promover la fraternidad.
Los soldados pusieron punto final a la vida de Cyprien y Daphrose, y con ellos, a una intensa historia de amor, de perdón y de fe.
JRB