Al terminar la audiencia general el Papa recibió una visita especial.
La traductora fue quien explicó al Papa a que iba a saludar dos mujeres ucranianas cuyos maridos están en el regimiento que lucha en Mariupol.
El Papa quiso levantarse a pesar del dolor en la rodilla en señal de respeto.
Sus maridos forman parte del famoso regimiento Azov, el que está atrincherado en los túneles de la acería Azovstal.
Las dos mujeres se emocionaron a medida que hablaban y le pedían al Papa este favor.
Usted es nuestra última esperanza. Esperanza para salvar sus vidas. Por favor, no les deje morir.
Estoy rezando por sus maridos
Sus nombres son Kateryna y Yulya. Francisco rezó con ellas unos instantes e impartió su bendición.
JRB