Marling Balmaceda es jefa de prensa de Artículo 66, uno de los medios más críticos con el Gobierno de Daniel Ortega. Se refugió en el extranjero tras ver la represión a periodistas.
Íbamos a una cobertura de una marcha, de una manifestación. Y sabías que, si ibas, no sabías si ibas a volver, porque como había ataques de francotiradores...
La periodista está siguiendo con preocupación las noticias de su país, como la huelga de hambre del obispo Rolando Álvarez para denunciar la persecución que sufren él y su familia.
MARLING BALMACEDA
Jefa de Prensa, Artículo 66
Y ha dicho que si la Iglesia se calla ya solo quedaría que se callaran las piedras porque en el país está impedido cualquier ciudadano que se pronuncie en contra de Daniel Ortega. Le ofrecen cárcel, le ofrecen exilio e incluso la muerte.
Según explica Marling, la Iglesia se había convertido en refugio para quienes huyen de la persecución.
MARLING BALMACEDA
Jefa de Prensa, Artículo 66
Daniel Ortega a partir de las protestas sociales de 2018 le declaró una guerra prácticamente a la Iglesia Católica porque los obispos, los religiosos, los sacerdotes... El sacerdote que está desde el municipio más pequeñito del país decidió abrir las puertas de las parroquias y refugiar a los manifestantes que estaban siendo atacados por policías y también por grupos de tercero armados o paramilitares como se les reconoce.
La Iglesia se convirtió en un lugar de acogida para los manifestantes que huían de las balas. Muchos obispos, como el cardenal Leopoldo Brenes pidieron al Gobierno que cesara la represión. En vez de escucharlos, esta semana el régimen de Ortega cerró el Canal 51, propiedad de la Conferencia Episcopal.
MARLING BALMACEDA
Jefa de Prensa, Artículo 66
La Iglesia ha sido uno de los blancos más fuertes de ataque por parte de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Que también ha llevado al cierre de universidades ligadas a la Iglesia. O también de organizaciones que están ligadas a la Iglesia y que se encargaban de servir a la ciudadanía, a los grupos más vulnerables.
Mientras tanto, Marling sigue denunciando la represión en Nicaragua a la espera de poder volver algún día al país en que se convirtió en periodista.
RM