El papa Francisco murió de un ictus cerebral, que derivó en un coma y le provocó un colapso cardiovascular.
Son las causas del fallecimiento que ha dictado el médico responsable del Vaticano, después de someter al pontífice a un electrocardiograma.
El informe de defunción lo hizo público la Santa Sede. En él, el doctor Arcangeli determina que el papa tenía otros antecedentes, como hipertensión arterial o diabetes tipo II.
A esto se suma una insuficiencia respiratoria aguda en neumonía multimicrobiana, es decir, el motivo por el que Francisco fue tratado en el hospital Gemelli de Roma a mitad de febrero.
Determinar la muerte del papa es el primer paso en el rito de constatación, que tuvo lugar el 21 de abril a las ocho de la tarde. Duró algo menos de una hora y lo presidió el cardenal camarlengo, Kevin Farrell.
En esa ceremonia solemne, tal y como marca el protocolo, están también el médico y los familiares o personas más cercanas al papa. Hay que levantar el acta oficial del fallecimiento y, después, colocar el cuerpo en el féretro.
Es el momento entonces de que se vele al pontífice de forma privada antes de trasladarlo a la basílica para que los fieles se puedan despedir.
En este caso, y por petición explícita del papa, esta primera fase no se hace en el Palacio Apostólico, como ocurrió con sus predecesores, sino en Casa Santa Marta, el lugar donde vivió 12 años.
CA