Son 222 casos contra la libertad religiosa los que se registraron en Nicaragua en 2024. Es el resultado de un informe publicado por CSW, una organización de derechos humanos que asegura un control total de la dictadura a la población.
Según esta memoria, el régimen de Ortega no ha cesado su represión contra los católicos. Muchos grupos llegaron a denunciar acoso y vigilancia policial. No podían salir de sus municipios e, incluso, tenían que presentarse cada semana en la policía local.
Una situación que hizo que muchos religiosos tuvieran que exiliarse. Fue el caso de varias decenas de seminaristas y sacerdotes, que el Vaticano acogió.
En algunos casos, la represión llegó a encarcelar a obispos como Rolando Álvarez, que fue desterrado a Roma a inicios de 2024.
También, forzosamente, fue desterrado el pasado noviembre el presidente de la conferencia episcopal. Además, la organización ha denunciado la prohibición de eventos como, por ejemplo, las procesiones.
A esto se suma la clausura de algunas entidades católicas, como le sucedió a Cáritas Matagalpa, cuyos bienes pasaron al Estado, y a Radio María, a la que le cerraron sus cuentas bancarias.
CA