Sudán del Sur lleva desde 2018 inmerso en un proceso de transición a la democracia. Se creó un gobierno formado por representantes de los bandos enfrentados. Sin embargo no consiguen ni que haya paz ni que haya elecciones. La fecha de estas se ha vuelto a retrasar. Estaban fijadas en 2026 y, como mínimo, se realizarán al año siguiente.
El anuncio fue una nueva decepción. Algunos critican a la comunidad internacional por no ayudar en el proceso. Pero desde las Naciones Unidas responden esto.
NICHOLAS HAYSOM
Mision de la ONU en Sudán del Sur
Muchos dicen que este fracaso se debe atribuir a la incapacidad de la comunidad internacional para dar fondos y recursos con los que hacer las elecciones. Voy a ser totalmente claro: no se destinará ni un penique a las elecciones si los sursudaneses no demuestran que tienen una intención política de realizarlas. No puede ser que, como algunos me dicen, la comunidad internacional quiera las elecciones más que los propios sursudaneses. Así que se mirará muy de cerca los pasos que dará el país para demostrar esa intención y deseo de salir de la transición.
La transición a la democracia y la paz también se ha tratado de impulsar desde Roma con encuentros como este, en el que los representantes de los distintos bandos viajaron al Vaticano. El papa les imploró la paz con este elocuente gesto de besarles los pies.
Y luego viajó al país junto con otros líderes cristianos cuya presencia en Sudán del Sur es importante.
Sin embargo parece que el camino a la paz será más largo del previsto. La inestabilidad se ha vuelto crónica y está pasando factura a la población. Actualmente se calcula que hay 8,7 millones de refugiados y la crisis humanitaria que padece se considera que es una de las peores del mundo.
