Los obispos de Estados Unidos han demandado a la administración de Donald Trump por lo que consideran una medida ilegal del gobierno, que ha suspendido los fondos económicos que financian el mayor programa privado de reasentamiento legal de refugiados en el país.
Este programa ha ayudado durante años a casi un millón de refugiados. Muchos huían de sus países de origen y encontraban apoyo en alguna de las 10 instituciones estatales, entre las que se encuentra el Servicio de Migración y Refugiados, perteneciente a la conferencia episcopal.
En un comunicado, los obispos estadounidenses han expresado su preocupación por la decisión del gobierno. Según la organización, esta suspensión no solo va en contra de las leyes y normas de Estados Unidos sino también de los valores fundamentales del país.
El 10 de febrero, el papa Francisco envió una carta a los obispos del país. Les dijo que estaba siguiendo de cerca la situación de Estados Unidos con las deportaciones masivas.
En la misiva, el pontífice señaló que se debe promover una política que regule la migración de modo ordenado y legal pero que esta no debe imponerse con la fuerza. Con respecto a la política de deportaciones de Estados Unidos el papa pide evitar que se asimile al inmigrante ilegal con un criminal.
BAM/CA
