Durante el fin de semana la salud de Francisco mejoró ligeramente. Tras entrar en el hospital el viernes los médicos señalaron que ya no tiene fiebre.
Desde el Vaticano enviaron mensajes optimistas. Dijeron que Francisco está descansando, rezando, leyendo la prensa y siguiendo más o menos a rajatabla el descanso absoluto al que le obligan los médicos.
De hecho, no participó en la misa del jubileo de los artistas. Le sustituyó el cardenal José Tolentino de Mendonça que leyó el mensaje del papa.
Su misión no sólo es crear belleza, sino revelar la verdad, la bondad y la belleza escondidas en los pliegues de la historia, de dar voz a quien no tiene voz, de transformar el dolor en esperanza.
A lo que parece que no renunció el papa fue a las llamadas a la parroquia católica de Gaza. Les llamó el viernes y el sábado, aunque no el domingo, cuando los médicos le pidieron respetar el reposo absoluto que le prescribieron.
JRB