La reina Rania de Jordania viajó hasta Roma y el Vaticano cuando se cumple el 30 aniversario de relaciones de su país con la Santa Sede. En un gesto de diplomacia entre ambos Estados, organizaron de forma conjunta una exposición.
CARD. PIETRO PAROLIN
Secretario de Estado de la Santa Sede
Jordania ha querido dar a esta exposición una importancia especial asegurando la presencia de la reina. Creo que es muy significativo que la reina esté aquí.
Rania hizo el recorrido que muestra las 90 piezas traídas directamente de 34 lugares arqueológicos de Jordania y que, por primera vez, se exponen fuera del país.
Además, no hizo la visita sola, sino acompañada por la hija del presidente de la República de Italia y por el máximo diplomático de la Santa Sede.
La reina se fue parando pieza a pieza a escuchar cada explicación, en lo que se pudo considerar como un guiño interreligioso.
Aunque la familia real jordana sea musulmana y el país tenga como religión oficial el islam, todas las obras expuestas relatan la historia del cristianismo vinculado a esta tierra de Oriente Medio.
De ahí que la imagen oficial de la exposición sea un pez, catalogado como el primer símbolo cristiano. Si no, fíjense en la forma de esta botella de cristal turquesa del siglo VI d.C.
Jordania, además, forma parte de lo que se conoce como 'Tierra Santa', y cuenta con varios lugares bíblicos, como el Río Jordán, donde se bautizó Jesús; o el monte Nebo, donde murió Moisés.
Tan importante es este país para los cristianos que cuatro papas lo han visitado: Benedicto XVI, Juan Pablo II y Francisco. Pero el primero fue Pablo VI. Además, con su viaje en 1964, quedaron inaugurados los viajes papales.
CA