Con la bronquitis todavía presente y habiendo cambiado días anteriores sus encuentros a Casa Santa Marta, el papa apareció así en la misa por el Jubileo de las Fuerzas Armadas.
Fue en la plaza de San Pedro a pesar de las bajas temperaturas y de que al papa todavía no se le veía recuperado. Tenía síntomas de dificultad respiratoria y, de hecho, empezó a leer la homilía, pero apenas dos minutos después, tuvo que parar.
FRANCISCO
Y ahora me disculpo un poco y pido al maestro que continúe la lectura por dificultad para respirar.
A la celebración, asistieron unos 40.000 fieles; la gran mayoría, de los cuerpos de seguridad de distintos países, que iban ataviados con sus respectivos uniformes.
Al terminar la misa, el papa volvió a tomar la palabra para el rezo del ángelus. Les agradeció a los capellanes el servicio pastoral que hacen y, también, a todos militares del mundo, su labor diaria.
FRANCISCO
Este servicio armado debe ejercerse solo en defensa propia, nunca para imponer el dominio sobre otras naciones, observando siempre las convenciones internacionales sobre conflictos y, antes que eso, en sagrado respeto por la vida y la creación.
En este tipo de celebraciones en el exterior, el papa suele aprovechar para saludar a los fieles desde el papamóvil, pero esta vez, salió directamente hacia su casa en un fiat negro sin poder dar la vuelta a la plaza de San Pedro.
CA
