La audiencia con los peregrinos escandinavos tuvo que ser en el Aula Pablo VI. Eran más de 1.000, por lo que no pasó desapercibida su presencia en el Vaticano.
Recibieron al papa con gran entusiasmo y él les transmitió este mensaje.
FRANCISCO
Al volver a casa, por tanto, recordad que la peregrinación no se termina, sino que cambia su objetivo al camino ordinario del discípulo y a la llamada a perseverar en el deber de evangelizar. A este propósito, querría animar a vuestras vivaces comunidades católicas a cooperar con los otros hermanos cristianos, porque en estos tiempos difíciles, marcados por la guerra en Europa y en el mundo, nuestra familia humana necesita mucho del testimonio unitario de la reconciliación, de la curación y de la paz que solo puede venir de Dios.
Rezo para que, a través de esta experiencia del caminar juntos como hermanos y hermanas en Cristo, vuestros corazones se refuercen en la fe, en la esperanza y en el amor, porque estos son los tres elementos, tres elementos esenciales de la vida cristiana.
El papa recordó que los católicos son minoría en los países del norte de Europa. Sin embargo destacó que a pesar de eso el número de católicos está creciendo.
FRANCISCO
Seguramente ya sois conscientes de los signos de esperanza presentes en vuestros países de origen porque la Iglesia, en vuestras tierras, aunque sea pequeña, está creciendo en número. Crece siempre. Podemos agradecer a Dios Omnipotente que estas semillas de fe, plantadas y regadas allí por generaciones de pastores y personas perseverantes, estén dando sus frutos.
La peregrinación fue organizada por la Conferencia Episcopal de los Países Nórdicos, y había fieles de Suecia, Noruega, Dinamarca, Finlandia e Islandia.
JRB